Lo que fue un error, se convirtió en horror. Y hoy estamos aquí tratando de acabar con esta pesadilla injusta.
En cuestión de minutos, hacemos un resumen de tantos años y lo sentimos como un flash informativo de lo que ha venido sucediendo en Venezuela la última década. Hemos sobrevolado constantes escenografías de injusticia, dolor, llanto y crueldades hasta llegar al punto en donde el alma se nos desgarra de dolor y el sentimiento de coraje que nos invade se va quedando congelado.
Para quien ejerce cualquier tipo de poder, la serenidad es un bien supremo. Y lo que más le perjudica es tener una balanza desequilibrada. Subsistir a tanta injusticia requiere de fe, esperanza y sobretodo de serenidad, lo que hoy pesa más en la balanza.
Hoy Venezuela canta sin cesar más fuerte que nunca por su libertad y ni un instante se ha quedado muda. Hoy la Venezuela que han intentado matar, está viva.
Estamos ansiosos por darle la bienvenida a la libertad, al gozo, a la paz, a la estabilidad. Que así sea y que sea lo antes posible, porque ya no tenemos ni un minuto más que perder.
Resiste Venezuela, nunca te has quedado callada y hoy tu voz retumba en la humanidad. Que hoy el sueño de la libertad, se convierta en una realidad.

La capacidad que tenemos para identificar los sentimientos, nace de nuestra parte más sublime y es ahí donde nace el amor, la ternura, la comprensión, la piedad y la bondad por el prójimo y por nosotros mismos. Con amor para todos los venezolanos.