Rutinas e ilusiones

Desde la historia universal hasta la nuestra personal, todo es configurado con lo viejo conocido y lo bueno por conocer. Lo único que nos hace mejorar es: la curiosidad, por experimentar nuevos resultados, lograr un mejor bien común y propio.

La rutina es un mal aprendido y solo nos sirve para dormir, en cambio la ilusión de lo desconocido nos sirve para soñar. 

Las rutinas se heredan, su origen nunca fue nuestro, nos las transmitieron terceras personas que sin preguntar las aceptaron y sin más las adoptaron. Y cuando en la repetición de lo conocido encontraron bienestar decidieron seguir imponiéndolas.

Las ilusiones nacen en nuestro corazón, son estallidos que nos invaden y nos hacen disfrutar de las novedades que tiene la vida para nosotros. Las importantes las incubamos dentro de nuestra intimidad y son aquellos sueños que nos elevan, nos proyectan, nos definen y una vez realizados, nos hacen.

La vida es un balanceo de rutinas e ilusiones. Repetir lo conocido o bien alcanzar lo anhelado. Todo lo que cambia y mejora es porque alguien se cuestiona las rutinas, decide cambiarlas y consigue superarlas. 

Leer más...